Recuerdos Cap1

Lo prometido es deuda (?), un poco tarde de lo que esperaba, pero ya termine de pasar el primer cap de este fic, aun no se cuando pondré el segundo, tal vez sea el domingo o el lunes :).

Espero no se confundan con los tiempos que manejo, igual pongo una rayita, para marcar la separación. 

weno menos habla y mas fic :D ... 

esperare sus comentarios y acepto criticas constructivas >.< 

Douzo! 

Nombre: Recuerdos
Extensión: Serial
Parejas: TegoMass, KoyaShige
Genero: Slash, Fluff, Lime
Capitulo: 1/18

Aun recuerdo aquellos días en los que no le tenía miedo a nada, donde no me avergonzaba por nada… donde, yo solo sabía que me gustabas e ignoraba que eso estaba mal.

Apenas era un pequeñín de cinco años, jugaba cualquier cosa que quisiese, corría hasta donde mis pequeñas piernas aguantaban, brincaba por doquier y hacia lo que quería… me encantaba abrazarte, hasta llegar a nuestras casas, donde nos separábamos.

Nuestros padres siempre se han llevado muy bien desde que llegamos a vivir aquí, nos llevaban al parque juntos… eso era divertido. Todavía puedo recordar que por pura broma ellos mencionaban que un día terminaríamos casándonos, ya que yo siempre decía que quería estar junto a ti siempre…  esas palabras para mí no eran juego, realmente las creía, ya que así lo esperaba, lo que jamás supe es que pensabas tu al respecto, ¿Qué era lo que tu creías de mi?... ahora me lo pregunto a diario.

Apenas éramos unos niños cuando empecé a quererte, siempre trataba de estar pegado a ti, y de llamar tu atención; aun que a veces me ignorabas o me apartabas de tu lado… no sabía que eso era una forma de rechazo, solo creía que era un juego de tu parte y dure creyendo eso por un tiempo más.

Yo era realmente feliz estando a tu lado, no necesitaba escusa alguna para seguirte, solo estaba ahí, porque quería estarlo. Nadie preguntaba nada y nadie sabía nada sobre mis sentimientos, solo se les hacia tierno…

Durante un tiempo deje de verte por las tardes, eso era anormal para mi, sabía que asistías a la escuela, pero eso era por las mañanas.

Un día cualquiera nuestras madres estaban juntas conversando, no preste atención a su plática de adultos, solo me entretuve jugando solo, ya que no estabas tú. Al poco tiempo que tu madre se fue, mi mamá me llamo.

-¡Yuya-chan!, ven un momento

Así lo hice, al llegar con ella, se agacho para ponerse a mi altura

-¿te gustaría asistir a clases de baile? – me pregunto.

No sabía que responder, solo quería jugar, no me interesaba estar en un lugar donde no conociera a nadie, y menos haciendo algo que no me gustaba realizar.

-tu amigo Massu estará ahí, su mamá me acaba de decir , que su hijo se siente un poco solo ahí, y que ha preguntado por ti … al parecer le gusta eso de bailar, pero si no te gusta la idea, no hay problema, le podre decir a su madre

-¡ASISTIRE! – no lo pensé mucho, en cuanto me dijo aquello, mis ojos se iluminaron, podría estar más tiempo contigo.

-¿Estás seguro?, ya ves que no se te da mucho eso

-claro mamá, estoy seguro- mi sonrisa brillante y pura no desaparecía, así que fue fácil convencer a mi madre

-está bien, solo no quiero que dejes a medias el curso y que no sea solo uno más de tus caprichos

Mi madre a veces podía llegar a ser muy estricta, y yo sabía que si lo dejaba me castigaría de alguna manera, pero estaba dispuesto a correr el riesgo.

-mañana te llevare a inscribirte.

Esa fue mi primer noche en vela, estaba tan feliz de que íbamos a estar juntos y más aun sabiendo que habías preguntado por mí.

Eso de ser niños es bonito, todos a tu alrededor te miman y desean conceder todos tus caprichos, la mayoría cree que ser niño es ser feliz e inocente… tienen razón. Yo estaba lleno de vida, el quererte como te quería no era para mí un pecado.

Mis padres se besaban, abrazaban y se tomaban de la mano por que decían quererse mucho, entonces… ¿Por qué yo no podía hacer eso contigo?, simplemente era un pequeño que no sabía sobre “normas sociales y morales”

El curso fue un fraude para mi, al ensayar siempre nos ponían de pareja a niñas molestas, ahí fue donde aprendí una norma social “los niños siempre deben de bailar con las niñas”, eso era, a menos que no hubiera más niñas, me podían poner contigo…lo cual nunca ocurrió; al parecer en esa clase de cursos existen más niñas que niños.

Eran divertidos los descansos, o cuando la profesora se distraía con otras cosas, siempre iba a donde te encontrabas descansando y me sentaba a un lado, no decíamos nada, pero simplemente estar tan cerca me reconfortaba.

Ahí conocimos a Shige-chan y Keii-chan, ¿los recuerdas?, con ellos era mas divertido, molestábamos a aquellas niñas caprichosas, excepto a las mayores, nos podían golpear con facilidad…

Aquellos dos niños se hicieron importantes en nuestras vidas, siempre parecían saber más, y ser más maduros que nosotros, aunque hacían más travesuras, Shige-chan siendo de mi edad era un poco más alto que yo. En verdad era divertido estar con ellos.

Nos dimos cuenta de lo cerca que estaban nuestras casas, estaban por el mismo rumbo, solo que en el sentido contrario.

Pasaron así unos años, asistimos a algunas competencias, donde siempre terminabas ganando algo, por mi parte, pues… solo digo que me gustaba competir aunque no bailara tan bien.

Íbamos a la misma primaria, yo quise entrar en donde tú estabas y por coincidencia Koya ya se encontraba ahí, y Shige entro al mismo tiempo que yo.

Recuerdo que los recesos eran divertidos con ustedes, podíamos correr y hacer travesuras a nuestras compañeras, o a las que no lo eran; al igual que siempre me molestabas cuando compraba algo en la cafetería, terminaba correteándote por todo el patio olvidándome de mi desayuno.

Al final dejamos de asistir a las clases de baile y desde ahí nuestras vidas comenzaron a cambiar.

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Cerró su libreta en la que había escrito eso ya hace algunos cuantos años atrás, la dejo dentro de aquel buro que estaba a un lado de su cama, se coloco la pijama, apago la lámpara y se dispuso a dormir.

Como siempre se despertó temprano, se metió a la ducha, al salir coloco su atuendo y bajo a desayunar, ya con su mochila en la mano, comió apresuradamente y se fue a la universidad.

Estudiaba psicología, y al terminar sus clases se queda a las prácticas de futbol con su club. Eso era una rutina diaria a la que ya se había acostumbrado y recientemente aburriendo de ella.

Cuando terminaron sus prácticas, se fue a las duchas y al salir se encontró con Shige, quien estaba durmiendo en las bancas de los vestidores, esperándolo.

Kato era el único amigo de la infancia que le quedaba, los dos asistían a la misma Universidad, pero este estudiaba derecho e iba al club de literatura, por ello también salía tarde.

-¡Shige!¡Shige!- le llamaba a su amigo para poder despertarlo, pero este no hacía caso y seguía durmiendo profundamente –¡mmh!, con que esas tenemos- se dijo así mismo, pensando en una travesura.

Con un empujo pudo tirar a Kato de donde se encontraba, el cual de un salto y espantado despertó.

-Te he dicho que si vas  a esperarme, no te quedes dormido

-pero te tardaste demasiado, y últimamente no he dormido bien, por la tarea excesiva que me han dejado – dijo con un puchero en el rostro -  … por cierto, ¡ESAS NO SON MANERAS PARA DESPERTAR A ALGUIEN! – mirándolo fijo y con una expresión fingida de enojo

-jajajajajajaja, te veías muy chistoso ahí tirado, trate de despertarte muchas veces, pero no me hiciste caso

Tegoshi se vistió y acomodo sus cosas para poder irse

-ya he terminado, podemos irnos

Sin más que hacer salieron del lugar y tomaron el bus que los dejaba cerca de sus casas.

Al bajarse, caminaron juntos, hasta llegar a la desviación, con la cual ambos tenían buenos y malos recuerdos. Se despidieron y caminaron en direcciones contrarias, cada uno hacia su casa.

Tego iba caminando, perdido en sus pensamientos, cuando alzo la vista, vio a Massu no muy lejos de él, caminando en sentido contrario.

Cada vez que lo veía, el corazón le latía fuertemente y se ponía nervioso, para que el otro no se diese cuenta, bajaba la mirada, fingiendo no haberlo visto.

Al pasarlo suspiro aliviado y a la vez resignado, en su mente y corazón sabía que no volvería a hablar con él, pero aun así lo seguía queriendo como lo hacía cuando niños, o hasta más.

Llego a su casa, entro a su habitación dejando su mochila botada en el suelo, y se tiro a la cama, estaba muy cansado; sin sentirlo el sueño lo domino.

A Massu ya se le hacía normal que Tegoshi no le dirigiera la palabra, así que como si nada paso a lado de él. Existian muy pocas ocasiones en las que Tego lo saludaba, pero era solo cuando sus padres estaban presentes.

Se fue directo a la tienda y compro unas cuantas cosas que su mamá le había encargado para la cena.

Al estar ahí, aprovecho y compro un pan al vapor, los cuales le encantaban, se lo fue comiendo de regreso a casa, la cual estaba justo en frente de la casa de la de Tegoshi, pero solo muy pocas ocasiones lo podía ver, ya que llegaban de la escuela a diferentes horas, y de sus casas no salían… se habían convertido en extraños.

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