Recuerdos Cap 17

Holis! les vengo a dejar este cap, que lamento decirles es el penultimo D: . Este fic se acerca a su fin y agradesco a todas por leerlo, que aunque aveces no respondo a sus coments, los leo TODOS sin excepcion y me hacen felices, solo que aveces no se me ocurre que responderles ^^", gomen!, pero no dejen de comentar que siempre es el motivo por el cual sigo escribiendo, que se que no soy demasiado buena en ello, pero estoy trabajando por aprender a redactar y describir mejor las historias que se me vienen a la mente.

Bueno sin mas que decirles y recompensandolas por la espera les dejo el cap que tiene 3 314 palabra, para que se entretengan leyendo un rato :) y espero les agrade >.<

Nombre: Recuerdos
Extensión: Serial
Parejas: TegoMass, KoyaShige
Genero: Slash, Fluff, Lime
Capitulo: 17/18

Shige sintió reprimido el corazón al escuchar a Keii confesársele, y apenado por verle ahí de rodillas conteniendo el llanto; pero aún tenía miedo de no poder hacer frente a su madre, por eso no había motivo por el cual responderle al mayor.

Se agacho y lo levanto.

-deberíamos irnos – le dijo, apretando el puño para no flaquear ante su decisión – no tiene caso estar más aquí y sigamos como hasta ahora.

El mayor se sorprendió y una vez más le dieron ganas de llorar, en verdad era muy débil, más débil que Shige, que aunque este fuese menor parecía no dolerle demasiado. Lo vio guardar sus cosas cuidadosamente, hasta le había quitado aquel libro guardándolo también. Después Shige comenzó a caminar con rumbo a la salida, mientras el otro solo le veía atónito y con tristeza.

No se quería rendir, tenía que ser más fuerte y hacerle ver a Kato que en verdad le quería.

-¡Shigeaki! – le tomo del brazo deteniéndole con fuerza, mientras que este seguía sin mirarle

-no hagas esto más difícil – su voz se escuchaba un poco ronca; pero era de esperarse, estaba tratando de no demostrar ser frágil, para él no era fácil llorar frente a alguien, así que lo único que quería era llegar a casa lo antes posible, antes de ser vencido por la tristeza.

-¿en verdad no me quieres? … estas mintiendo ¿cierto? – retiro todos aquellos rastros de lágrimas de su rostro y era firme con sus palabras, regresándole de nueva cuenta el valor.

Jalo a Kato, para que le viera frente a frente.

-¿acaso no me crees?, todo lo que te he dicho es cierto, y que aunque sea sensible soy capaz ahora de cuidar de ti… por favor!! … - levanto el rostro del menor y le dijo directamente –Te quiero.

Kato abrió grande los ojos, unas pequeñas lágrimas estaban en la entrada de sus ojos y las sentía salir, no quería esto, no quería que el mayor le viese así. Jalo su brazo para zafarse del agarre, dio la vuelta y hecho a correr, estaba a punto de llorar y lo sabía, sus ojos se nublaban poco a poco y no podía ver bien el suelo, así que por ello no vio una piedra en su camino y tropezó, cayendo, poniendo sus manos para amortiguar el golpe.

Ahí tirado creyó verse demasiado patético, Koyama le vio y fue por él.

-¿estás bien? – le pregunto preocupado, mientras estaba a tan solo unos pasos.

-¡no te acerques más! – dijo mientras quería levantarse, pero no pudo en el primer intento, ya que se había torcido el pie y lastimado.

Keii le miraba tristemente, y con pasos pequeños se acercaba a él sin hacerle caso a lo que le había dicho.

-¿no puedes levantarte?

Shige al escucharlo a un lado de él, trato de esconder su rostro, ya que las lágrimas ya habían salido, no podía contestarle más, ya que si abría la boca se escucharían sus sollozos que quería ocultar también.

El mayor se hinco para mirar su pie y le reviso.

-¡suéltame! –apenas pudo decir, sintiendo el agarre del mayor sobre su pie…-ah! – grito de dolor

-te has lastimado aquí, será mejor que te lleve al hospital y chequen tu pie

-no es nada, estoy bien – le miro cuando este rompía la playera que llevaba puesta y con el trozo de tela le vendo fuertemente para tensar su pie para que no se lastimara más.

Le vio sorprendido y se avergonzó un poco.

-¿Por qué haces esto?- pregunto al fin

-ya te lo dije, porque te quiero y quiero cuidar de ti

El menor no sabía cómo contestar a eso, pero sentía sus mejillas arder y su corazón latir muy rápido.

-¿es…enserio?

Keii no se esperaba esa pregunta, ya se lo había dicho todo, ¿no?

-¿Por qué sigues dudando de mí?- Se le acerco lentamente hasta su rostro – ¿no te he dicho ya muchas veces que te quiero? … o acaso, ¿quieres otra prueba?

-a-aléjate- dijo apartando la vista de él.

-sabes que no quieres eso – le dijo directo y mirándolo fijamente

Con su mano, delicadamente volteo el rostro del menor para que lo viese, y sin previo aviso junto sus labios con los de él, suavemente.

Al principio Shige ponía resistencia, tratando de zafarse, pero Keii le tomo bien del rostro con ambas manos impidiéndoselo. Poco a poco el menor se dejaba llevar, recordando aquellos labios que siempre le habían pertenecido, sentía mucha calidez en ese pequeño beso, cerró los ojos y rodeo el cuello del mayor con sus brazos; cuando sintió esto el mayor se puso más seguro de que Shige aún le quería.

Sus labios se separaron, y solo sus frentes estaban conectadas, el mayor se quedó mirando a Kato quien seguía con los ojos cerrados un poco nervioso y con las mejillas sonrojadas

-di solo una vez que me quieres – dijo suplicante, mientras sus respiraciones se combinaban

Shige abrió los ojos algo temeroso y tan solo ver su reflejo en los ojos pequeños y rasgados de Koyama, le hizo sentirse seguro

-T-te… -te quiero – al fin pudo decirlo, aunque tartamudeando un poco por lo inestable que se sentía ante el mayor, quien era el único que lo podía hacer cambiar, y le hacía actuar diferente que con el resto de personas

Keii rio alegre por esas palabras y le abrazo, haciendo que Shige quedara recargado en su hombro

-eres muy lindo Shige-chan- le susurro

-n-no digas eso -Kato solo se aferró a la ropa de Keii escondiendo su rostro ruborizado.

Keii se levantó de ahí y ofreció su brazo al menor para ayudarle a levantarse, quien con un poco de esfuerzo lo pudo hacer, y con su ayuda pudo conseguir apoyarse para caminar, pero antes de conseguir avanzar, le detuvo.

-no me dejaras de nuevo ¿verdad? – pregunto tímido y nervioso por la respuesta que recibiría, aún tenía un poco de miedo que el mayor le dejase como años atrás.

Keii se detuvo impactado, le volteo a mirar y con una leve sonrisa sincera, pudo contestarle afirmativamente

-Claro que no te dejare jamás, no lo dudes nunca más. Siempre te querré.

-demuéstramelo – le miro sincero el más joven, y sin reconocerse a sí mismo.

Koyama no se lo podía creer, Kato iba enserio, al principio lo dudo pero no pudo reprimirse más, lo cargo para avanzar más rápido y le llevo hasta el final de aquel parque, donde absolutamente nadie iba. Se aseguró de que no hubiera nadie mirándolos, era detrás de algunos arbustos, y rodeado por los árboles, donde se podía colar los pocos rayos de sol que quedaban, le sentó en el pasto y dejo a un lado las cosas que traía el menor con él.

-¿estás seguro?- le pregunto para asegurarse de que no fuera a retractarse

-Si… pero no lo digas de esa forma… solo que no te acostumbres demasiado – miro hacia otro sitio un poco apenado; realmente no era él, jamás había actuado de esa manera, pero hacia mucho que deseaba sentirse mimado.

Keii le sonrió alegremente de oreja a oreja y comenzó a acercarse lentamente al menor, dándole un dulce beso lleno de amor, el cual iba alargándose más, lentamente y en sincronía.

El mayor tomo la mejilla tibia de Kato, intensificando levemente el beso, y con su lengua pidiendo permiso para entrar a los labios de este.

Shige accedió complacido, haciendo que sus lenguas se encontraran y danzaran entre ellas lenta y deliciosamente sin querer parar. Continuaron así por un rato, solo parando para poder tomar aire, pero enseguida volvían a besarse, necesitándose más y más.

Con delicadeza Koyama tomo de la cintura a Kato y lo recostó lentamente, poco a poco para que su pie no se lastimara más; cuando lo tuvo bajo de él le seguía besando y recibiendo por parte de Kato algunas leves mordiditas en los labios. Esto era algo que jamás habían hecho antes, y en lo cual ambos eran novatos, solo querían demostrarse cuanto se querían y Keii quería sobre todo demostrarle que jamás lo abandonaría.

Su sincronía era perfecta, a un ritmo no demasiado rápido, donde cada uno trataba de disfrutar los labios del otro, simplemente algo perfecto y que ambos deseaban en todos esos años.

-quiero que seas mío~ - dijo Keii en forma de susurro, haciendo estremecer a Kato bajo de él, quien separo sus labios y le miro lascivamente y después tomo con ambas manos el rostro del mayor y le jalo hacia el suyo, besándole más apasionadamente. Ambos con los ojos cerrados entregándose dulces y exquisitos besos.

El mayor con un poco de torpeza por la falta de experiencia y solo siguiendo sus instintos comenzó a besar el cuello de Shige bajando lentamente y con una de sus manos la cual metió por debajo de la camisa de este acariciando su espalda, haciendo suspirar al más joven.

-¿enserio puedo hacer más? – pregunto el mayor antes de continuar, ya que sentía miedo de que Shige se arrepintiera después.

-S-solo hazlo – esto Koyama lo tomo como un “si” y continuo demostrándole todo el amor que sentía por Kato sin detenerse.

Con muchas caricias por parte de los dos, al poco tiempo se encontraban desnudos y con la noche llegando, marcándose como suyos y disfrutando cada centímetro de piel que encontraban a su paso, el tiempo no era problema para los dos, ese momento solo era de ellos y no querían que terminase, haciendo del parque un lugar más especial.

Después de entregarse y liberar todo el amor que tenían guardado por años, se vistieron y salieron de ahí con cuidado porque el pie de Kato aun dolía, pero pudiendo apoyarlo con más firmeza sobre el suelo y dando pequeños pasos lentos.

Kato trataba de avanzar un poco más rápido para no ser una carga para Keii, pero apenas pudiendo. Esto le dio gracia al mayor, mirándolo como si fuese aun un niño, y le tomo del brazo haciendo que rodeara su cuello para apoyarse.

-está bien si vamos lento – le sonrió agradablemente – además así podemos estar un poco más de tiempo juntos.

-pero… ¿si nos ven? – dijo preocupado

-no importa… ahora eres mío y prometí cuidar de ti, ¿no?

-pero… - fue interrumpido por el mayor, colocándole un dedo sobre los labios para que no dijese más

-solo hay que quedarnos así hasta llegar a casa, ¿vale?

Kato no dijo nada después de eso, solo se dejó llevar por Keii, quien por momentos le besaba la mejilla y este se ruborizaba, pero se sentía feliz.

Llegaron frente a la casa del más joven, el cual rezaba porque su madre no saliera y los viera juntos, por suerte fue concedida su petición, despidiéndose tranquilamente de Keii. Después entro a su casa y yendo con cuidado a su habitación, sin antes haberle avisado a su madre por su regreso.

Al siguiente día, cuando la mañana llego y los rayos de sol se colaban por su ventana, Shigeaki despertó un poco adolorido y sin creer lo que había pasado el día anterior, pero sin arrepentirse de nada, solo porque se trataba de Keii-chan.

Se levantó de la cama estirándose un poco y moviendo su pie, el cual ya se sentía mejor y podía mover con más agilidad

La única preocupación que acongojaba su corazón era el hecho de cómo le iba a decir a su madre sobre lo de Koyama; sabía perfectamente cómo iba a reaccionar cuando lo descubriera y ocultárselo no era una buena opción por que terminaba siempre sabiéndolo.

Antes de comenzar a pensar a pensar como se lo iba a decir, recordó que tenía que agradecer a sus amigos de la infancia, así que saco su celular y comenzó a escribir a Tegoshi.

“Koyama y yo se los agradecemos, por favor dile esto también a Masuda-kun”

           

Casi enseguida tuvo respuesta

“no hay de que…

Aunque nada en esta vida es gratis, sabes :D

Y me encantaría tener un balón nuevo.

Por cierto, me tendrás que contar lo que sucedió”

Shige rio por lo que decía aquel mensaje, recordando que su amigo siempre buscaba cualquier excusa para recibir un obsequio.

“Pues después veremos :P”

Así duraron mucho tiempo, bromeando por mensajes de texto.

Al poco tiempo el estómago de Kato sonó, anunciando que aún no había desayunado nada, dejo de mandar mensajes a su amigo y salió a la cocina cojeando un poco. Allí encontró a su madre quien terminaba de preparar la comida del día y volteaba a ver su manera de caminar

-¿Qué te paso? – pregunto

-amm… solo una pequeña torcedura, pero nada grave – desvió la mirada y rasco un poco la cabeza.

-¿seguro que no es nada serio? – pregunto un poco angustiada su madre

-sí, nada del otro mundo

-está bien, te creeré.

Shige se acercó al refrigerador y saco jugo de naranja, después tomo pan tostado y mermelada para poder desayunar, algo al estilo occidental y se sentó en la mesa.

Cuando estaba por terminar, de pronto llamaron a la puerta.

El pobre de Keii no había podido dormir en toda la noche, con sentimientos encontrados, demasiado feliz por lo que había sucedido y no dejaba de pensar en su querido Shige-chan, pero también pensando cómo iba a poder defender su amor de su “querida” suegra.

Se levantó de la cama muy temprano, hizo los deberes que le tocaban de su casa y después entro a la ducha para poder relajarse y pensar mejor las cosas.

Al salir se vistió, colocándose un traje bien planchado, una corbata café y unos zapatos bien lustrados; después peino elegantemente, para estar presentable. Cuando termino de arreglarse salió de casa sin antes avisar a su familia que estaría fuera por un buen rato.

Se dirigió a casa de Kato y estando frente a su puerta respiro profundo para tratar de relajarse y rezando por que todo saliera bien, y sin pensarlo demasiado toco a la puerta un poco nervioso.

-Shigeaki podrías ir a abrir la puerta, por favor – le decía su madre mientras se lavaba las manos

-Si – dejo su pan a medio terminar y fue directo a la puerta para abrirla.

Cuando la abrió, abrió los ojos de par en par sorprendido al ver a Keiichiro frente a ella.

-¿Qué haces aquí? – pregunto asustado

-¡buenos días Shige-chan! … ¿así saludas a tu novio por la mañana?

Kato lo mira de abajo hacia arriba, demasiado sorprendido y con el corazón acelerado, pensando que fue buena suerte que el fuera a abrir, si no su madre hubiera pegado el grito al cielo.

-Está bien… ¡buenos días! … ¿pero qué haces aquí?, deberías irte antes de que mi madre te vea –dijo empujándolo

-pero vengo a verla a ella

-¿Quién es Shigeaki? – preguntaba su mamá acercándose a la puerta

Shige volteo a mirar a su madre con terror y tratando de cerrar la puerta para que no viera a Koyama, quien del otro lado lo empujaba para que no cerrara la puerta y dispuesto a hablar con la señora.

-N-nadie –decía con esfuerzo, hasta que Keii le gano y pudo abrir bien aquella puerta, empujando a Kato

-¡buenos días señora!

La señora abrió los ojos enormes, y con la furia emergiendo de ella

-¿Qué haces aquí? –dijo casi gritando

-¿en esta familia es lo único que saben decir?- pronuncio Keii en voz muy bajita, para que no le oyeran

-¿Qué dijiste?

-N-nada… vengo a hablar con usted de algo muy importante –decía serio

Shige quien estaba en medio de ambos sentía su corazón acelerarse, sin saber cómo detener la furia de su madre, se estaba preocupando demasiado sin demostrarlo, ya que solo guardaba silencio viéndolos.

-¿Qué quiere decirme? – respondía seria de igual manera

-Vengo a pedirle permiso… no, más bien, vengo a informarle que estaré saliendo con Shigeaki-kun

Kato  casi se iba para atrás, al escuchar lo directo de su novio, preocupándose más por lo que sucedería.

-¡¿Qué?! – dijo alterada

-si señora, como me escucho, me di cuenta que el amor que siento por su hijo es suficiente para tratar de estar a su lado por siempre, y no tengo necesidad de esconderlo a nadie.

-¿pero qué dice?, ¡insolente! … creí que ya habías entendido que no tenías que buscar a mi hijo de nuevo

-es cierto – bajo la mirada y enseguida volvió a mirar fijo a la madre de Shige – pero por ello me arrepiento, y ahora quiero pasar el resto de mi vida con él. Así que solo vine para decirle que no se mete en nuestra relación, porque ambos queremos ser felices juntos y disfrutar nuestra juventud.

-¿y piensas que yo voy a acceder a eso?, pues estas muy equivocado

-¿aún no entiende que Shige solo puede ser feliz conmigo?... ¡por favor, respete nuestra decisión!

La señora sentía hervir su sangre, ¿Qué creía ese chico que tan solo con ir así elegantemente le daría a su hijo?, pues estaba muy equivocado, se le acerco y levanto la mano para golpearle, mientras Koyama esperaba aquella cachetada firmemente, ya que aun así nunca se rendiría. Pero antes de poder alcanzarle con su mano, la señora fue detenida por su hijo, quien se movió rápido para detenerla.

-¡Shigeaki! …¿Qué haces? –le vio con enojo

-No madre… las cosas no se arreglan con golpes – al decir esto, Koyama le vio dulcemente, para él se veía tan tierno defendiendo su amor. -¿acaso no importa mi decisión?- suspiro y siguió hablando – Keiichiro es el amor de mi vida y lo ha sido desde hace años, por favor déjame estar con él

-¡Shigeaki Kato! – le regaño su mamá - ¿acaso sigues mal de la cabeza?, se supone ya le habías olvidado, además, ¿es así como me agradeces todo lo que te he dado?

-el no verlo o hablarle en todo este tiempo no quiere decir que le deje de querer, solo… trataba de no causar problemas, pero… creo que estando con él seré feliz. Y estoy consciente y agradecido por cuidarme, darme techo, comida y educación por tantos años, y por ello te amo madre, pero no te da derecho en meterte en mi vida, sé que para ti ahora parezco insolente, pero creo estar lo suficientemente grande para saber lo que quiero, hasta ahora no te he dado problemas con nada, y solo pido que me dejes estar a su lado, o al menos no meterte en nuestra relación – le dijo serio.

-Pero Shige… - la señora toco su sien porque la cabeza comenzaba a dolerle y perdía la estabilidad en su cuerpo – no te dejare – se recargo en un mueble que estaba cerca

-Señora, no quiero problemas con usted, confié en que siempre cuidare de Shige y le amare, ahora somos jóvenes y estamos cursando la universidad, pero en cuanto nos graduemos espero él acepte vivir conmigo – jalo al menor y le abrazo por la cintura

Kato no creía lo que acababa de escuchar, y volteo a mirar a Keii quien tenía la mirada seria y no titubeaba en sus palabras, su corazón comenzaba a agitarse y le devolvió el abrazo por la felicidad que sentía.

Cuando vio esto su madre, se fue hacia atrás literalmente y perdiendo la conciencia.

Keiichiro y Shigeaki corrieron a ayudarla, la cargaron entre los dos y llevaron al sofá, enseguida Kato hablo al hospital pidiendo una ambulancia para su madre.

Por suerte aquella ambulancia llego rápidamente y los paramédicos la subieron, llevándola al hospital.

-no creí que sucedería esto Shige – decía el mayor apenado, mientras iban en dirección al hospital

Kato le miro y tomo su mano

-No te preocupes, no creo que sea nada serio, además me hace feliz que hayas ido a mi casa a decirle que estamos juntos, aunque al principio casi se me salía el corazón del miedo – sonrió.

-lo siento

-ya te dije que no te disculpes, además te ves muy bien vestido así – desvió la mirada un poco apenado por decir aquello.

-solo espero acepte esto

-veras que sí.