Recuerdos Cap 2

Holis!!, jejejejeje perdón por la gran demora xD, pero para compensarlas, el domingo sin falta dejo el cap siguiente  ... espero les guste este cap, que para mi es interesante.
Espero sus opiniones :)

Si aun no leen el cap 1 aquí les dejo el enlace
Clic CAP 1

Nombre: Recuerdos
Extensión: Serial
Parejas: TegoMass, KoyaShige
Genero: Slash, Fluff, Lime
Capitulo: 2/18

Despertó y estiro sus brazos, había pasado solo una hora desde que se había quedado dormido.

El pecho le dolía y sentía oprimido el corazón; ya no era novedad sentirse así después de ver a Massu, hasta se había acostumbrado a ese dolor, aunque en ocasiones lloraba por las noches por no haber podido estar a su lado, pero al final se tranquilizaba y volvía a ser el chico positivo de siempre.

Tomo su libreta y comenzó a leer lo que había escrito en ella, que lo hacia recordar lo feliz que era de niño y a hacerlo comprender el porque ya no le hablaba al dueño de su corazón.
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Cuando dejamos de ir a clases de baile, nos alejamos un poco todos, cada uno iba en distinto salón, incluso Shige, quien tiene la misma edad que yo, pero aun así la distancia no era demasiada. Todos nos regresábamos juntos a casa y al llegar a la desviación, Shige y Koyama tomaban un camino diferente al nuestro.

Cuando nos quedábamos solos, caminábamos en total silencio, sin decir una palabra, pero no era para nada incomodo, al contrario, era relajante estar así a tu lado.

En ocasiones recuerdo que comprábamos helados, tu de vainilla y yo de fresa; me encantaba voltear a mirar tu rostro mientras lo comías, lleno de satisfacción y alegría, siempre creí que te veías muy lindo

Al llegar a nuestras casas, nos separábamos y entrabamos cada uno a su respectivo hogar, había ocasiones que no me gustaba estar en casa sin hacer nada, así que tomaba mis libretas, salia corriendo, cruzaba la calle, llegaba al frente de tu casa, y tocaba la puerta, aveces salia tu madre o padre, y me dejaban pasar, de ahí ya sabia el camino a tu habitación.

Tocaba tu puerta, y me dejabas pasar, creo siempre sabias que era yo. Con la escusa de no entender mis tareas, hacia que me las explicaras, pero cuando no recordabas aquellos temas, acudíamos con tu mamá, aunque ... desde clase entendía aquellos temas, no eran difíciles, pero era la única manera de poder pasar tiempo contigo.

Después de un tiempo, nuestra distancia se hizo mas grande, preocupándome por ello, ya no me molestabas como hacías antes, ya no solíamos estar juntos ni regresar seguido juntos a casa ... decidí declararme, antes de que de la nada nos comenzáramos a tratar como completos extraños.

Para mi suerte San Valentin estaba cerca y en lo que llegaba ese día, comencé a pensar como me confesaría ante ti. Un día antes los nervios me consumían, no sabia como reaccionarias o que me dirías, tenia miedo, aunque un poco en mi interior me decía que me aceptarías.

El día llego, teníamos clases y dentro de mi mochila iba una tarjeta romántica que había comprado y escogido por mucho tiempo, la saque por un momento, para poder acomodar mis cosas, pero unos cuantos la vieron, preguntándome para que chica iba a ser... ¿acaso es de ley que un niño le de a una niña una tarjeta romántica, y no a otro niño?

Por tal motivo, no quise dártela en el descanso, me quede en mi salón de clases impaciente por salir de la escuela; muchas niñas se aceraban a dejarme chocolates o cosas hechas por ellas, pero todas acompañadas de una carta de amor, trate de rechazarlas amablemente, ya que yo me confesaría mas tarde y si me ibas a rechazar, quería que fuera amablemente.

Todas las niñas insistieron en que me quedara con los regalos, y así lo hice. Al terminar las clases salí de mi salón con una bolsa extra, Shige-kun me estaba esperando en la puerta del salón, eramos de salones cercanos, de ahí caminamos hacia la entrada de la escuela; a lo lejos pude distinguir tu silueta y un poco mas cerca vi a Koyama quienes nos estaban esperando.

Pero antes de llegar con ustedes una niña que no conocía, bloqueo mi camino. Me dijo que quería hablar con migo... así lo hice, Shige me dejo y se fue con ustedes. Aquella niña me entrego chocolates y se declaro, pero no le hacia mucho caso, solo estaba volteando hacia donde se encontraban ustedes.

Al principio te quedaste observándome, pero después de que recibiera el presente, volteaste y comenzaste a conversar con ellos, ignorándome por completo.  La niña se retiro, creo se dio cuenta que mi mirada no la veía a ella, si no a otra persona.

Cuando llegue con ustedes, sonreí y les seguí la conversación; por lo visto a ustedes también les habían dado cosas y de regreso a casa, íbamos comiendo muchos chocolates ricos y conversando de San Valentin y sobre que era el amor.

Koyama al ser mayor que nosotros, sabia mas del tema, o eso aparentaba, ahora que lo pienso, seguía siendo un niño. Tu no opinaste mucho sobre el tema, solo escuchabas lo que decíamos... aunque en mi interior deseaba que opinaras, ya que quería saber lo que pensabas.

Cuando llegamos a la desviación como siempre nos separábamos de ellos, y nosotros seguimos nuestro camino; caminábamos como si nada, pero por dentro me moría de nervios, comencé a preguntarte sobre lo quienes te habían dado obsequios, al parecer ninguna de ellas te gustaba o llamaba la atención, pero aceptaste los obsequios pro amabilidad rechazando a cada una de ellas, lo cual me dio mas valor; estaba completamente decidido a darte aquella tarjeta, y estaba seguro que me aceptarías...era extremadamente  positivo en ese entonces, ahora lo soy... pero no tanto como aquellos días.

Llegamos al frente de nuestras casas, por poco ibas a entrar a la tuya, pero antes de que lo hicieras te detuve, haciéndote esperar un poco en lo que la sacaba de mi mochila.

Saque primero la libreta en la que la había guardado, me acerque a ti con el corazón acelerado, mientras me mirabas curioso; tome un poco de aire parándome a pocos centímetros de ti y te abrace con fuerza, sin pensarlo dos veces. No te movías ni un poco, pero para mi fue el momento mas especial para mi.

Me separe de ti y te entregue aquella tarjeta, donde confesaba por ti mis sentimientos en pocos palabras; te quedaste atónito, no decías nada, y antes de que el pánico me llenara por completo saque de mi mochila un pan al vapor relleno de chocolate que mi madre había hecho un día antes para mi cena, y el cual había guardado para ti.

Todo lo recibiste amablemente, pero aun impactado; dije "me gustas" con una sonrisa pura y llena de honestidad, abriste tus ojos muy grandes, te quedaste callado por un momento y cuando pronunciaste algo fue un "gracias", y sin mas entraste a tu casa, dejándome ahí.

Me supuse que solo estabas cansado y que después me darías tu respuesta, pero al menos en esos días no hablaste conmigo de ese tema.
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Una lagrima recorrió su rostro e inmediatamente se la limpio

-¡Yuya!, baja a cenar- su madre le hablaba, no era muy común que cenara, pero al ser su comida favorita lo que había, no tuvo mas remedio.

Pero antes de bajar guardo bien su libreta dentro del cajón del buro junto a su cama y se coloco un lindo mameluco de conejo; para los chicos de su edad era extraño algo así, pero era su atuendo favorito para dormir, era cómodo y caliente, ademas que realmente se veía lindo en él.

Bajo apresurado al comedor, antes de que su abuela se comiera todo y lo dejara sin cenar. pero al llegar al pasillo que da hacia el comedor se encontró con Massu y no pudo evitar hacer una cara de sorpresa.

-¡Buenas noches! Tegoshi-san- saludo respetuosamente Massu, mientras miraba de arriba a bajo a Tego
-¡Buenas noches! - con trabajo pudo pronunciar algo, por su mente pasaban muchas cosas, pero no sabia pro que el estaba en su casa.
-Tu mamá nos invito a cenar - dijo Massu, al percatarse de la reacción de Tego. - es muy linda tu pijama - dijo apenado, sin encontrar un tema de conversación con el chico que aparecía frente a el vestido de un conejo lindo.

Esto saco totalmente de sus pensamiento a Tegoshi, el cual sonrojado agradeció.

-G-gracias... pasa al comedor-
-Si, claro

Tego dio media vuelta y subió a su cuarto a cambiarse, maldiciendo a su madre por no avisarle que irían los vecinos. Al menos se hubiera puesto algo menos vergonzoso.

Al terminar de cambiarse, bajo, tratando de calmarse y entro al comedor donde  lo estaban esperando

-Te tardaste demasiado Yuya- dijo su madre, mientras este la veía con una mirada matadora.
-lo siento madre, pero tuve que ir a cambiarme - trato de decirlo amablemente, pero con un tono de molestia hacia su madre.

Tomo asiento, y se preguntaba donde se había metido Massu, ya que no lo veía en el comedor, pensó que tal vez se había regresado a su casa, pero paso solo unos instantes cuando este salio del baño, donde parecía que solo había entrado a lavar sus manos.

Hacia mucho que no estaba en esa casa, había cosas que antes no estaban y otras situadas de diferente manera, comenzó a mirar de lejos aquel comedor, y sin prestar mucha atención se sentó frente a Tegoshi.

Sabia que Tego no le hablaría, como ya era costumbre, y cuando reacciono lo vio frente a él. Se quedaron mirando uno a otro, sin apartar la mirada, pero los interrumpió la madre de Yuya, la cual comenzó a servir la cena.

Massu seguía sin comprender por que se habían dejado de hablar después del incidente KoyaShige, si todo ese problema ya se había solucionado, ya que no estaban completamente involucrados en el asunto.

 Ambos comían, solo mirando a su plato respectivo, mientras sus madres conversaban sobre lo que les había sucedido en sus vidas y en los trabajos de sus maridos, los cuales no pudieron asistir, por no haber llegado aun a sus casas.

Y así siguieron, sin notar que la abuela de Yuya los observaba detenidamente, analizando el comportamiento de los dos.

Todos habían terminado, Tego estaba dispuesto a levantarse de su lugar, para irse directo a su habitación y tranquilizar su acelerado corazón.

-¡Yuya-chan! .. ¿a donde vas?, aun falta el postre

se detuvo, y volteo a mirar a su madre

-ya estoy satisfecho, y un poco cansado - aunque en realidad solo quería salir huyendo de ahí.
-Pero si son los panes al vapor que te encantan, y que acaban de salir del horno.

Vencido por su madre, se sentó de nueva cuenta.